PARTE 1 – LA ORACIÓN – EL ESPOSO

abril 18, 2020

Son muchas las cosas que ignoramos cuando no estudiamos apropiadamente la biblia, a lo largo de mi vida he tenido la gran bendición de ver a través de ciertos espejos cuando equivocados estamos frente a la gran necesidad que tiene el hombre de saberse comunicar con Dios.

Se que muchos predicadores, maestros y evangelistas han enseñado sobre este tema, pero considero oportuno que analicemos desde una perspectiva mas profunda el significado que tiene la oración en el hogar de cada uno de nosotros.

Recordemos las palabras de nuestro Señor Jesús:

(Mat 7:24) Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. (Mat 7:25) Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. (Mat 7:26) Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; (Mat 7:27) y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Es de gran interés para todos tener herramientas bíblicas para vivir como realmente debe vivir el ser humano, más hoy día que el hogar sufre ataques constantes en su diseño original, el hombre desea cambiar esto, pero tristemente el final será para muchos de estos perversos un castigo eterno.

Piense solo por un momento, no tanto en sus necesidades, sino mas bien en las necesidades de su cónyuge, piense en como ha sido su vida, ¿en algún momento ha considerado los factores que inciden en él para que su comportamiento sea de tal forma? ¿Ha considerado usted los motivos o pensamientos que tiene su esposo para que sea de tal forma o manera en el hogar? Pensamos a veces que conocemos muy bien a nuestro cónyuge, pero hemos visto como a lo largo de los años se sorprenden muchos al conocer ciertas actitudes, pensamientos que no se dejaron ver en todo ese tiempo.

Muchos esposos critican a sus esposas porque no les complace en todos sus caprichos, o muchas esposas también tratan o no respetan a sus maridos porque no cumplen sus caprichos; se escucha una queja constante de estos cónyuges con tales palabras “Mi esposa no hace esto, no piensa así, no ha cambiado, ha cambiado algo o no cumple con lo que debe” y algunas más, sírvase usted añadir las que considere o ha escuchado.

Ahora, ¿por qué le digo que usted debe considerar muchos aspectos de su cónyuge para que pueda ejercer un justo juicio? miremos:

(Juan 7:51) ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?

Frente a este principio, ¿Considera usted que el cambio no debe venir de su cónyuge sino de usted primero?

Piense por un momento en estos principios, quiero que mi cónyuge cambie, ¿por qué no pensar que debe ser usted el que debe cambiar primero?

Los esposos deben tener una actitud en la oración, considerando a aquel que tiene autoridad sobre todas las cosas:

(Lucas 10:19) He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

(Mateo 28:18) Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

La oración cautelosa y audaz de los esposos debería considerar algunas declaraciones:

  • No permitiré que ningún plan del enemigo prevalezca en contra de nuestro matrimonio.
  • No permitiré que el enemigo nos divida.
  • No permaneceré tranquilo viendo cómo las mentiras del enemigo engañan a mi cónyuge.
  • No permitiré que el enemigo ataque de ninguna manera a mi cónyuge.
  • No permitiré que la falta de comunicación reine en nuestro matrimonio.
  • No permitiré que los errores de nuestro pasado, aun los de ayer, controlen nuestro futuro.

Entonces debemos orar, orar y orar. Porque al hacerlo, ningún arma forjada en contra de nuestro hogar prosperará.

(Isaías 54:17) Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.

No podemos dejar nuestro matrimonio a la suerte

Dios nos ha otorgado ya una bendición grande, hemos tenido benevolencia de Dios, recordemos:

(Proverbios 18:22) El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.

Esto es así, porque Dios declaró que, ante Él, somos uno solo:

(Mateo 19:4-6) El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5. y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

Esto significa que cualquier cosa que le suceda a uno de los cónyuges recaerá sobre el otro, el ejercicio es simple, si su esposa o esposo es infeliz, usted será infeliz, si su cónyuge es bendecido, usted será bendecido o bendecida, porque pues no atiendes el consejo de Dios.

Cómo amar verdaderamente a tu cónyuge

Jesús dijo que la mayor expresión de amor es poner tu vida por otros:

(Juan 15:13) Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

Tenemos muchas formas de poner nuestra vida por la del cónyuge, sin tener que ir a la muerte física, considere una de ellas: <<Una de esas maneras es orar por nuestro cónyuge>> invertir parte de nuestro tiempo, parte de nuestra vida para orar por nuestro cónyuge.

Existen muchas cosas que los cónyuges quisieran oír, mencionemos algunos de ellos:

  • Te amo.
  • Eres muy hermosa o eres muy inteligente.
  • Todas las cuentas están pagas o yo te ayudo y administro bien los fondos.

Pero hay algo más que deseamos escuchar como cónyuges, “hoy estuve orando por ti.

Esa sola frase ablanda el corazón del hombre mas rudo o de la mujer mas rebelde, esa sola goterita constante puede tallar la mas dura de las rocas en la tierra.

¿Y si nuestro cónyuge no es creyente?

(1Corintios 7:14) Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.

La oración tiene el poder de tocar a todo aquel por quien oramos, aunque tu cónyuge no sea cristiano, podemos orar por ellos, y si lo hacemos de forma correcta podemos lograr incluso llevarlos al cielo.

La oración apropiada delante de Dios por nuestro cónyuge, derrama sobre él grandes bendiciones, la mano de Dios le cubre y puede ser alcanzado por la misericordia de Él.

Una Oración a la vez

No podemos abrumarnos por las muchas formas que existen de orar a favor de nuestro cónyuge, simplemente enfrentemos cada día a la vez, eleve una oración a la vez, pero recuerde que sus peticiones, sus oraciones deben ser sin medida:

(2Corintios 9:6) Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

Mientras más oras, mayores beneficios segarás. Si deseas grandes cosas en tu vida, aprende a pedir, aprende a orar, para que sea una realidad en tu vida:

(Santiago 4:3) Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Muchas personas, cristianos, piensan que el orar debe darse de una forma versada, de una manera elocuente, analicemos este punto:

No se trata de la elocuencia ni de los versos a emplear, se trata de la sinceridad y buena voluntad que tienes para con Dios:

(2Corintios 8:12) Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.

Piensa en tu oración, haz las siguientes preguntas frente a ella:

  • ¿Crees que es una oración que Dios puede contestar?
  • ¿Es una oración desinteresada?
  • ¿Es una oración para recibir y no para dar?

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Esta entrada fue creada por:

Luis Felipe Torres

Un servidor más en la iglesia de Cristo Manizales, cristiano desde el año 1999, casado con una gran mujer, Juliana Arboleda y bendecido con 2 hermosos hijos, Maria Camila y Juan Felipe, con el deseo firme de servir a Dios con todo mi corazón y apoyar en lo que este a mi alcance o incluso más allá a muchos hermanos a nivel espiritual, emocional o mental. Un privilegio poder ser un siervo más del Señor.

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