Efesios 6:7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
En retos anteriores hemos hablado acerca del amor único e inigualable de Dios por la humanidad; este amor prevalece a pesar de nuestra maldad, de la ingratitud, de la incredulidad y de que contrariamos la voluntad del Señor; hablamos también de cuán necesario es en el matrimonio ese amor único de Dios, y de la forma en cómo puede y debe ser desarrollado. Para el reto de hoy, centra tu atención en cómo motivar el amor de Cristo en tu vida, pues el pensamiento a trabajar es: ¿por quién vas en primer lugar? algo difícil de llevar a cabo en estos tiempos, considerando que muchos ven el matrimonio como algo desechable. Con Dios de nuestro lado, puedes dar un giro a este pensamiento y comprender que Dios espera que tengas una relación conforme a su voluntad y con la motivación suficiente para sacarla adelante.
Cuando vivimos con alguien, la mayor parte del tiempo sentimos que ya todo está hecho; no encontramos razones por la cuales sentir amor o enamorarse cada día del cónyuge, así que, se hace necesario motivar el amor antes que fracase la relación. Un gran número de escritores se han dado a la tarea de comprender cómo puede esto darse, cómo poder lograr enamorarse cada día de la misma persona. Dios tiene una clara respuesta a esto, y es la de entregarse primero a Él, porque cuando le amas, comprendes la forma en que es posible estimular el amor hacia tu cónyuge; habrás descubierto ese secreto codiciado por muchos, pero aceptado por pocos, y cuando digo codiciado, me refiero al simple hecho de que todos queremos ser felices, pero sin Dios es imposible.
Así que, considera esto: si deseas encontrar cada día una razón para enamorarte de nuevo de tu cónyuge, decide entregarle tu corazón a Dios y verás la diferencia.
(Colosenses 3:23) Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres,
Antes de volver a ver a tu cónyuge hoy, ora por él, mencionando su nombre y sus necesidades. No importa si te resulta fácil o no, di «te amo» y luego expresa tu amor por tu pareja de alguna manera tangible. Vuelve a orar y agradécele a Dios por darte el privilegio de amar a esta persona especial… en forma incondicional, como Él los ama a ambos.
Un servidor de Cristo; L. Felipe Torres M.
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