El aula donde se aprende el perdón
¿Dónde podemos aprender esta clase de perdón? ¿A qué escuela debemos asistir? El aula donde aprendemos acerca de esto es en la cruz de Cristo.
Al estar suspendido en la cruz, los clavos no fueron los que le retuvieron, el dolor o la gravedad de sus heridas, al ser Dios, puedo decidir cuando parar con aquella atrocidad, lo único que retuvo a Dios en esa cruz fue Su amor hacia cada uno de nosotros, a eso le llamamos el verdadero perdón y gracia delante de Dios. Una gracia inmerecida, donde recibimos lo que no merecemos: “El Perdón, y no recibimos lo que si merecíamos: “La muerte”, Dios nos limpio de nuestros pecados a través de este sacrificio.
(Jua 3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(1Jn 4:10) En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
(Rom 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Así que, si hemos de perdonar, debemos aprender hacerlo a la forma de Cristo, debemos tomar la decisión de cerrar el libro de las cosas malas que nos hicieron, y salir adelante, cuidar nuestro corazón.
(Pro 4:23) Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Tomemos la decisión de llevar esos pensamientos cautivos hacia Dios, para que Él los sane y permitamos a Él corregir toda clase de pecados en nuestras vidas para que así tengamos la sanidad emocional que tanto necesitamos.
El Perdón: Un Acto y un Proceso
Decimos que el perdón es un acto cuando lo brindamos a aquel que lo necesita, cuando decidimos adquirir un diamante y pagarlo en cuotas, ahí decimos que es un proceso, ya que se adquiere el diamante, pero también la responsabilidad de pagarlo mes a mes, hasta que sea nuestros en su totalidad, el perdón se da cada momento, cada día, cada semana, cada mes, hasta que podamos tener en nuestras manos una joya inmerecida, con un valor incalculable para nosotros, la satisfacción de haberlo hecho y haber pagado en su totalidad por esta joya de vida.
(Col 3:13) soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros(E) si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.(F)
¿Por qué perdonar?
Veamos cuatro razones importantes de por qué debemos perdonar a todos.
1. Dios nos Manda a Perdonar
La Palabra de Dios nos enseña:
(Efe 4:32) Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.(I)
Ese “como” significa algo más que “porque”; ha de haber una semejanza real entre el perdón de Dios y el perdonar cristiano. (HENRY, 1999)
2. El perdón es parte del carácter de Dios
Las escrituras nos enseñan, como ya lo hemos leído:
(Col 3:13) soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros(E) si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.(F)
Desde el versículo 10, el contexto viene hablando de un “revestimiento” en el corazón de un hijo de Dios, que se “renueva”, luego en el versículo 12 indica nuevamente ese “vestir” como “escogidos” de Dios, “de entrañable misericordia” y redondea la idea con el versículo mencionado, “de la manera que Cristo os perdonó”, indicando “así también” debemos hacer cada uno de nosotros con nuestros cónyuges.
El perdón es parte de la naturaleza de Dios y Él lo hace de forma incondicional, aun cuando nosotros no lo merecemos.
Dios nos perdona 490 veces y más, ser “como” Dios es nuestra misión en el matrimonio.
3. El Perdón es algo bueno para nosotros
No querer perdonar es como echar fertilizante a la:
(Heb 12:15) Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, (D) os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
La falta de perdón nos destruye, nos estorba para recibir la gracia salvadora de Dios. No perdonar implica perder nuestra salvación.
Una persona que no perdona se convierte en alguien estrecho en su corazón, cínico y negativo, su raíz de amargura se extiende por su alma y se convierte en esclavo de sus pensamientos.
4. Perdonamos de manera que también seamos perdonados
Se que algunos conocemos esta porción de la oración dada como ejemplo por nuestro Señor Jesucristo:
(Mat 6:12) Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Es clara la enseñanza aquí, si queremos un perdón de corazón de parte de Dios, un perdón honesto y puro, debemos nosotros brindar lo mismo, pienso que, ninguno de los presentes aquí quiere un perdón de Dios a medias, entonces ¿Por qué dar un perdón a medias nosotros?
Recuérdese lo enseñado hace unos momentos, en las palabras “como” y “de la manera” siempre hay en la biblia un claro testimonio de como debe darse ese perdón.
El Perdón de Dios está Asegurado
Debemos nosotros acercarnos confiadamente a Dios, Doblegar nuestra mente, nuestra voluntad ante su presencia, cumplir sus preceptos, así recibimos ese perdón prometido de parte de Él, nuestros pecados son borrados y Dios nunca más sacará a relucir eso, esa es la certeza que tenemos frente a este punto.
Salmos 103:12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
Jeremías 31:34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Isaías 1:18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Miqueas 7:19 El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Por eso podemos entender claramente lo dicho por Jesús en el siguiente pasaje:
Juan 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Elegimos la perdición voluntariamente, elegimos perder nuestra salvación, todo por no entender que el perdón es conforme a Dios.
Así que, ¿por qué seguir siendo esclavos del dolor y el sufrimiento por no dar el perdón?
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