Cada mañana al abrir nuestros ojos, el cerebro se pone en marcha, nos levantamos, incluso, algo estresados por las diferentes tareas a realizar en el día, pensamos en el viaje a la escuela llevando a los niños, en cómo vamos a lograr el desafío que supone cada día. He visto cómo muchos padres y cónyuges se dejan llevar por estos agites del día a día y se descuida lo más importante, nuestras familias.
Los niños tratan de hablar con sus padres, los cónyuges con su pareja cada mañana, pero es la falta de consideración y reflexión la que hace o crea una distancia entre las familias.
¿Eres de esos que se deja llevar por cualquier pensamiento y omites la realidad del entorno?
(Filipenses 1:3-4) Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 4. siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,
Imagina por un momento, que sucedería si Dios olvida que nosotros necesitamos aire, agua, etc.; estaríamos totalmente perdidos, ¿Cómo entonces están nuestras familias cuando no les damos la debida atención?
Ese es el reto de hoy: sé considerado, sé reflexivo; piensa y sé consciente de lo que está ocurriendo con tu cónyuge el día de hoy; llama a tu cónyuge y hazle saber que estas ahí para ayudarle y escucharle en sus asuntos.
Espero de corazón que cumplas el reto; recuerda que el beneficio no es de quien escribe, el beneficio es para tí, para tu familia, para tu cónyuge.
Su servidor en Cristo, L. Felipe Torres M.
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