Introducción
Es importante para los cristianos reconocer que Dios tiene el control de sus vidas; Él tiene el control de todo, y aunque algunos no lo crean, el Señor sustenta todo.
Para llevar una vida piadosa se hace necesario tener ciertas actitudes que fortalezcan este propósito, en el camino al Señor. Dios mismo recomienda que el cristiano no tiene que conformarse a este mundo, más bien debe ser luz para el mundo.
Romanos 12. 1-2 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Hebreos 5:11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
Hebreos 5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Hebreos 5:13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
Hebreos 5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
La mujer debe ser tarda para oír, y debe alcanzar el nivel de maestra conforme avanza el tiempo; debe tener gran dominio de los primeros rudimentos, de modo que la leche ya no sea su prioridad; por tanto, su prioridad será impartir la leche espiritual no adulterada a quienes la necesitan, y recrearse en el alimento sólido conforme al pensamiento de Dios, además de lograr un buen discernimiento del bien y del mal.
Cada mujer en el evangelio, considera que su vida ya no le pertenece, que su vida es como niebla, que debe ser aprovechada para las cosas de Dios.
2Corintios 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Veremos en esta serie de estudios, qué debe tener la mujer en consideración para llevar una vida santa delante de Dios.
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