Por: L. Felipe Torres M.

Introducción

Esta pregunta puede tomar por sorpresa a algunos varones que tienen un carácter dominante en sus hogares. Puede ser atrevido el decir que algunos de ellos, al momento de preguntarles alzaran su mano indicando que son ellos los que lideran en su hogar. Ahora, la pregunta importante aquí es: ¿Y por qué no es Cristo el que lidera?

Recordemos lo que dice el Señor en su palabra:

1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

Reina Valera 1960

¿Qué significa ser cabeza? Pablo establece el punto de dirección, o de ser la cabeza. Esta cuestión de liderazgo es la idea central que corre a través de los versículos 2 al 16. Ser cabeza implica autoridad. (Al ignorar esto, el lector puede llegar a muchas conclusiones equivocadas).

Cristo es la cabeza de todo varón. Todo ser humano está sujeto a la dirección de Cristo (Jn. 17:2; 1 Cor. 15:27; Efes. 1:20-22; Col. 2:10).

Por lo tanto, es necesario que todo hombre comprenda la necesidad de reconocer a Cristo como la cabeza de todo; incluido nuestros hogares. Así que quien lidera, ejerce autoridad o manda en nuestras casas debe ser Cristo.

Cuando Cristo Lidera

En varios sermones predicados, siempre se ha dejado la consigna o necesidad de apreciar la manera que Cristo gobernó, actuó, habló, pensó, lideró, escuchó y dirigió. Cuando Cristo nuestro Señor es el que lidera en nuestros hogares, los esposos y padres nos vemos en la necesidad de permitir que sea Cristo el que viva en nosotros, el que opere en nosotros para toda obra.

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Reina Valera 1960

Runge, Steven E. En su comentario dice lo siguiente: La unión con Cristo en su crucifixión implica también la unión en su resurrección. Por consiguiente, el que vive ya no es Pablo, sino Cristo viviendo en él. Esta unión con Cristo es lo que le permite a Pablo (y a cualquier otro creyente) vivir para Dios. La ley nunca tuvo la intención de producir dicha transformación. Eso explica por qué nunca puede ofrecer la vida que solo se encuentra en unión con Cristo, en su muerte y resurrección.

Runge, S. E. (2019). Gálatas (Gl 2:14b–21; B. Ellis, Ed.). Bellingham, WA: Editorial Tesoro Bíblico.

Vivir para Dios es algo que todo esposo debe comprender si desea alcanzar la madurez, espiritualidad y paz en su hogar. Es sencillo, no se trata de perder, se trata de ganar, no se trata de idear o crear algo, sino más bien de tomar el ejemplo ya establecido de liderazgo; y este liderazgo es a la manera de Dios, donde un esposo demuestra con su vivir que Cristo está en control pleno de su hogar.

Mateo 16:24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Reina Valera 1960

Negarse así mismo significa rechazar su “yo” y dar paso a Jesús en su vida. Así que debe ser Jesús quien lidera y gobierne su casa. Su pensamiento propio, que no este en sintonía con lo que Dios ha dicho, sencillamente no se necesita en su hogar.

Vivir para Dios

Hechos 17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

Reina Valera 1960

Comprender la idea de este verso es importante, ya que algunos se encuentran lejos de Dios, pero no porque Dios se haya alejado, o no este al alcance; es más bien que el hombre se ha alejado de Dios, ha querido vivir su vida completamente ajeno de la voluntad de Él.

Veamos en sí la explicación breve de lo que Pablo menciona aquí a los griegos idolatras:

“Aquí está la prueba de que Dios no está lejos de nosotros. De hecho, el hombre es totalmente dependiente de Dios; sin El, el hombre no puede vivir”.

Notas sobre los Hechos de los Apóstoles, por Wayne Partain – 1994, waynepartain@sbcglobal.net

Algo sencillo, pero muy ignorado en nuestros tiempos. ¡No podemos vivir sin Dios! – Dependemos totalmente de Él. Por lo tanto, deberíamos reconocerle en todo asunto. Debemos entregar el liderazgo del hogar a Él.

Job expresa esta verdad:

Job 12:9-10 ¿Quién no sabe entre las criaturas que todo esto lo hizo la mano de Dios? 10. El, que tiene en su mano el soplo de todo viviente y el espíritu de todo ser humano.

Reina Valera 1960

Daniel expresa esta verdad:

Daniel 5:23 sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.

Reina Valera 1960

Pablo expresa esta verdad:

Colosenses 3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Reina Valera 1960

Juan expresa esta verdad:

1 Juan 5:11-12 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 12. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

Reina Valera 1960

Así que, deberíamos sencillamente vivir para y por Dios.

El “Yo” no sirve de nada

Toda autoridad que no sea de Dios, es una autoridad innecesaria. Todo esposo que no permita que Cristo lidere en su hogar, tendrá demasiados problemas que no podrá controlar. Es lamentable que solo se busque a Dios cuando nuestros hogares están en llamas. No se debería tener a Dios como medicina correctiva, sino más bien como medicina preventiva.

Proverbios 3:5-8 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8. Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.

Reina Valera 1960

Apoyarnos en nuestra propia prudencia es pensar que podemos hacerlo mejor que Dios (Isaías 55:8-9). ¿Acaso habrá alguien más sabio que Dios? (Mateo 12:42; 1 Corintios 1:25).

“Yo digo, yo pienso, yo ordeno, yo mando, yo lidero, yo soluciono”; todo esto no es más que simple vanidad.

Conclusión

No sirve de nada pensar que podemos hacerlo mejor que Dios.

No sirve de nada sacar a Dios de nuestras vidas.

Sirve de mucho invitar a Cristo a nuestros hogares, y que sea Él quien lidere todo lo que hacemos, pensamos y hablamos.

Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Reina Valera 1960