Por L. Felipe Torres M.
Introduccion
La vejez, una época que para algunos puede parecer un tanto oscura y con bajas oportunidades, donde el desgaste físico se siente y prevalece un agotamiento emocional severo (Job 17:1); puede ser el momento donde se logre el verdadero florecer espiritual en el creyente. Bueno, así lo enseña Dios en su palabra.
Eclesiastés 12:1-7 – La vejez es la época en que se opacan las luces, tanto física como emocionalmente. Los días son pesados y las noches largas. La depresión y la tristeza aparecen[1].
En mi poca experiencia he visto espejos de personas cercanas y no tan cercanas; como se desarrolla la vida y como el ser humano se desprende de ella a medida que pasan los días. Reflexiono y concluyo, el ser humano considera que, al llegar la vejez, ya no queda nada, ya no se tiene propósito. He visto como algunos de ellos incluso van de su cuarto a la sala, y nuevamente vuelven, esperando que el tiempo pase y su llamado final se dé. Pero ¿Acaso es esto lo que Dios enseña en su palabra? ¿Ya todo termino? En el N.T el Espíritu Santo no olvidó esta etapa de la vida. Veamos:
En Creta existían algunas deficiencias (Tito 1:5), Pablo, por medio de esta carta anima a Tito a cumplir con su trabajo y propósito; ayudar allí a los creyentes cretenses a volver al camino de la verdad. Y después de dar algunas instrucciones con relación al nombramiento de ancianos, anima a Tito a exhortar a los miembros y sobre todo a los hombres y mujeres de edad avanzada a vivir conforme a los principios del evangelio.
Veamos un poco los principios que Dios demanda de estos hombres y mujeres de edad avanzada en la iglesia del Señor.
Exhorta
Tito 2:6 “Exhorta asimismo…” Cuando Pablo, guiado por el Espíritu Santo se dispone a hablar a los jóvenes, dice “asimismo” – lo cual indica que “asimismo” como exhorto a los ancianos, debe hacerlo también con los jóvenes.
Este llamado de atención, este aconsejar o impulsar en una dirección indicada debe ser considerado por los hermanos de edad avanzada como un principio de propósito para una vida en la vejez.
Ahora, de la misma forma en que Pablo habló a los Corintos, también les ánimo en esta oportunidad a reconocer que son mandamientos, llamados del Señor para todos.
1 Corintios 14:37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.
¿Cuáles son estos llamados?
Sean sobrios
νηφάλιος (nēfalios), s., adj. sobrio. Uso de adjetivo: 1. moderado† — no dado a algún extremo en el comportamiento; tal vez especialmente en términos de alcohol. Temas relacionados: Dominio propio; Delicadeza.
Esta sobriedad tiene que ver con la moderación en la comida y en la bebida. La exhortación es natural en una sociedad como la cretense dada a la glotonería (Tito 1:12). Ahora, el adjetivo abarca mucho más que eso, y debemos considerar que pone freno a todos los apetitos carnales. En el N.T se usa la palabra para aludir a una persona moderada en su estilo de vida[2].
¿Quiénes? «Que los ancianos». El contexto requiere que se entienda que se trata de cualquier hombre de edad, y no de los obispos o pastores (directores espirituales) de la congregación. La palabra griega, presbutes, aparece aquí, y en Luc. 1:18 y Filemón 9.
«sean sobrios». Otras versiones dicen, «moderados» o «templados». La palabra griega, nefaleos, significa estar libre de la influencia de los tóxicos. Aparece en 1 Tim. 3:2,11. El verbo, nefo, aparece en 2 Tim. 4:5, donde Pablo agrega, «en todo». El cristiano es templado en todas las cosas, y no solamente en cuanto al alcohol. Por ejemplo, lo es en la dieta. Muchos tienen problema con la obesidad, sencillamente porque no son templados, moderados, o sobrios. El hombre guiado por la sana doctrina es, en todas las cosas, templado. Siempre está en control de sí; es vigilante en pensamiento, en palabra y en obra, y no excesivo en nada[3].
Cuando hablamos de la sobriedad en los hombres y mujeres mayores, no podemos dejar de mencionar en que deben pensar. Su vida tiene que estar llena de…
Filipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Sean Serios
σεμνός -οῦ, ὁ; (semnos), adj. honorable. Equivalente hebreo: נֶ֫גֶד (1), נֹ֫עַם (1). Uso de adjetivo: digno† — ser digno de aprecio y respeto; especialmente a causa del comportamiento. Temas relacionados: Dignidad; Comportamiento.
«serios». Otras versiones dicen, «dignos», «graves», «respetables». Véanse 1 Tim. 3:8 (honestos), 11 (honestas), donde aparece la misma palabra griega. En todas las cosas (en el vestir, en el habla, y en los gestos) el cristiano debe ser «digno de respeto» (NVI.), o respetable3.
Es importante entender que no se trata de ser distante, apartado, antipático, sino más bien hombres y mujeres dignos de respeto, pero amables y sencillos.
Efesios 4:32 Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo[4].
La biblia llama incluso a los más jóvenes a respetar, considerar la gran sabiduría adquirida por estos hombres y mujeres a lo largo de los años; y estos deben corresponder con su conducta digna a este respeto.
Levítico 19:32 En presencia de las canas te pondrás en pie, honrarás la presencia de un anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo, YHVH[5].
Los ancianos (v. 32) son el tercer caso en el que se exige respeto, que se muestra con el hecho de ponerse en pie en su presencia. Los ancianos debían ser respetados por la sabiduría que habían adquirido como fruto de su larga experiencia. Las sociedades tradicionales de hoy en día aún muestran mucho más respeto por la tercera edad que muchas de las sociedades supuestamente más avanzadas, donde a menudo se considera que los ancianos gastan recursos. Pero el contraste no tiene que ver con las sociedades tradicionales frente a las progresivas, sino más bien con la santidad bíblica frente a una arrogancia que carece de principios. Las sociedades en las que no se trata a los ancianos como un recurso preciado de sabiduría, seguramente acabarán decayendo[6].
Sean Prudentes
σώφρων -ος, ὁ; (sōfrōn), adj. prudente. Uso de adjetivo: 1. moderado† — que mantiene sabiamente el autocontrol sobre las pasiones y deseos. Temas relacionados: Dominio propio; Delicadeza.
«prudentes». Otras versiones dicen, «discretos», «de juicios sanos», «juiciosos», «sensatos» (1977, V.M.), «de buen juicio». Véase 1:8, comentarios. La ASV. dice en cada referencia, «sober-minded», que literalmente significa «de mente sobria»[7].
Deben manifestar sensatez. El adjetivo tiene un extenso significado; puede significar la prudencia de quien no esta dispuesto a creer todo cuanto le dicen; la moderación en los actos que realice; el sentido de mesura que debiera ser propio de los mayores. El anciano que controla sus pasiones y rechaza todo aquello que no procede de Dios, es sensato. La cordura está controlando sus acciones.
Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Sean Sanos en la Fe
ὑγιαίνω (jugiainō), vb. estar sano. Equivalente hebreo: שָׁלוֹם (7), אַתָּה (1), הוּא (1). Uso de Verbo: 1. ser correcto ⇔ ser saludable — ser correcto o exacto, concebido como ser libre de enfermedad o dolencia espiritual.
Podemos incluso entender que cuando Pablo encarga a Tito a hablar lo que esté de acuerdo con la sana doctrina, los ancianos deben aprender de esta sana doctrina para aliviar cualquier dolencia o enfermedad espiritual. Ser sanos en la fe es hablar lo que esta de acuerdo con las palabras del Señor Jesús.
Tito 1:10-16 nos presenta un cuadro grave de enfermedad entre los hermanos en Creta, estaban con dolencias espirituales serias que afectan su relación con la sana doctrina y con Dios mismo. Por lo tanto, los ancianos, en su madurez y largo recorrido, deben ser fuente de firmeza en la doctrina que se les ha enseñado.
Los mayores posiblemente se debilitan en las fuerzas físicas, pero deben mantenerse fortalecidos en las espirituales, guardando la fe[8].
Debe ser sano en la fe. Si uno vive realmente cerca de Cristo, el paso de los años y las experiencias de la vida, lejos de quitarle la fe se la harán más fuerte. Los años nos deben enseñar, no a confiar menos en Dios, sino a confiar más en Él[9].
Sean Sanos en el Amor
Debe ser sano en el amor. Bien puede ser que el mayor peligro de la edad sea que nos arrastre al critiqueo y la hipercrítica. Algunas veces los años se llevan la simpatía. Desgraciadamente es posible que uno se afinque en sus maneras hasta tal punto que lleguen a fastidiarle todas las cosas y las ideas nuevas. Pero los años deberían aportar, no una intolerancia creciente, sino una creciente simpatía hacia los puntos de vista y los errores de otros[10].
Ser sanos en el amor implica orientarse hacia la vida del prójimo. Los hermanos ya avanzados en años tienen mayor tiempo para dedicarse a las causas de Dios, acompañar y animar a los desanimados, orientar a los jóvenes, apoyar a quienes lo necesiten y estar dispuestos y prestos a escuchar las dolencias emocionales y espirituales de otros que necesiten el consuelo.
Este amor se ve reflejado en lo que expresa Pablo a los corintos (1 Corintios 13:4-8).
Es un notable y loable ministerio que tienen los hermanos avanzados en años entre el pueblo de Dios; y su trabajo y esfuerzo ayudan a la iglesia en su crecimiento y madurez.
Sean Sanos en la paciencia
Debe ser sano en la firmeza. Los años debieran templarle a uno como al acero, capacitándole para soportar más y más, y surgir más y más como vencedor de las pruebas de la vida[11].
Lamentablemente la edad avanzada provoca en los mayores la perdida de paciencia por el cansancio y fragilidad provocado por los años. Pero aquí es donde la exhortación dada por Dios a los ancianos cala perfectamente. La paciencia será el escudo protector contra los efectos de la debilidad física y, sobre todo, de la soledad en que los mayores se encuentran muchas veces. En cada situación difícil, el pensamiento en el amor de Dios que acompaña y sustenta, será su provisión[12].
Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Conclusión
Como hombres avanzados en edad se debe colocar la mirada en lo eterno (Lucas 12:34).
Se debe siempre contar con que Dios pronto aliviara nuestras cargas, nuestro duro trabajo y sacrificio (Apocalipsis 21:4-7).
Referencias Bibliográficas
[1] MacDONALD, William. 2004. Comentario Bíblico William MacDONALD. Vol. 1. 1.ª ed. United States: Clie.
[2] Pérez Millos, Th. M. Samuel. 2016. Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento. 1.ª ed. Barcelona, España: Clie.
[3] Reeves, Bill H. 1990. NOTAS SOBRE TITO. 1.ª ed. New Braunfels, Texas 78130 U.S.A.: Bill H. Reeves.
[4] LBLA – La Biblia de las Américas.
[5] La Biblia Textual Tercera Edición 1999.
[6] Tidball, D. (2009). Levítico: Libres para ser santos (pp. 317-318; C. Shepard, Trad.). Barcelona; Grand Rapids, MI: Andamio; Libros Desafío.
[7] Reeves, Bill H. 1990. NOTAS SOBRE TITO. 1.ª ed. New Braunfels, Texas 78130 U.S.A.: Bill H. Reeves.
[8] Pérez Millos, Th. M. Samuel. 2016. Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento. 1.ª ed. Barcelona, España: Clie.
[9] Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 863). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[10] Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 863). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[11] Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 863). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[12] Pérez Millos, Th. M. Samuel. 2016. Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento. 1.ª ed. Barcelona, España: Clie.
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