AL DEFINIR LOS LIMITES APROPIADOS DENTRO DE LOS QUE EL ESTUDIANTE DEL Nuevo Testamento debe moverse en sus investigaciones, está demás decir que los libros que constituyen el Nuevo Testamento deben ocupar el lugar central. Pero ninguna evaluación de estos documentos que ignore su medio circundante puede ser considerada adecuada. En consecuencia, uno debe retrotraerse hasta el período intertestamentario, al menos hasta la época macabea, o mejor aun hasta la restauración del cautiverio babilónico, para entender la situación presupuesta por los Evangelios y por el libro de Hechos. 

Harrison, E. F. (1980). Introducción al Nuevo Testamento (p. 3). Libros Desafío.